No hay que remontar muchos años atrás para recordar que la única forma de consultar una información era accediendo a los libros de las bibliotecas. Las cajas llenas de archivadores y folios en donde almacenamos cientos de documentos que hoy en día acaban en "doc".
Cuando se desarrolló el almacenamiento digital, el disco duro se convirtió en tipo de almacenamiento por excelencia. La capacidad de almacenamiento de los datos de estos hardware es cada vez mayor, ocupan menos físicamente y almacenan más digitalmente.
Pero la revolución para guardar información llegó con internet y los centros de datos y servidores que proporcionaron una enorme capacidad de almacenamiento. Así emergió una nueva arquitectura, un sistemas de recursos distribuidos horizontalmente, introducidos como servicios virtuales de IT.
Cloud storage llegó en 1999 con salesforce.com como pionera en la entrega de aplicaciones corporativas por medio de una interfaz web. Fue extendiéndose con la llegada de grandes proveedores de servicio de web como Google, Amazon, AWS, Microsoft y otras construyeron su propia infraestructura, como iCloud de Apple.
A partir de entonces, han ido surgiendo muchos servidores para almacenar todo tipo de archivos en la red: documentos, fotos, vídeos, etc. La evolución de los dispositivos y el hecho de mantenerlos siempre conectados, proporciona muchas ventajas aumentar el número de servicios basados en la red. Esto genera beneficios tanto para los proveedores como para los usuarios que tiene la posibilidad de acceder a los servicios ofrecidos de forma inmediata.
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